lunes, 18 de enero de 2016

El mar de Aral, el cuarto mayor lago del mundo, desaparece


El mar de Aral, considerado en el pasado como el cuarto mayor lago del mundo, con un área aproximada de 68.000 km², ahora es un desierto tóxico y ha ido desapareciendo poco a poco. Esta situado en Asia Central, entre las fronteras de Kazajstán y Uzbekistán.

En los años 60, el agua de los grandes ríos ─el de la región Syr Darya y el Amu Darya─ que alimentaban el mar de Aral fue desviada para poder rociar millones de acres dedicados a la producción de algodón y otros cultivos, después de un proyecto emprendido por la Unión Soviética.

Los cambios que ha sufrido esta zona en los últimos 14 años fueron documentados a través de imágenes satelitales de la Nasaque evidencian que el lago se ha ido secando y que las condiciones secas del 2014 causaron que el lóbulo oriental del mar de Aral se secara por completo.




"La pérdida de agua hizo inviernos más fríos y veranos más cálidos y secos. El daño alcanzó su punto máximo este año, cuando el lóbulo oriental del mar de Aral Sur ─que en realidad era el centro del lago original─ se secó completamente", informa la Nasa.

Además de ser considerado como uno de los peores desastres naturales, comunidades de la región que antes se dedicaban a la pesca y a la agricultura ya no pueden ejercer esta actividad elevando el desempleo y problemas económicos. También se advirtió que la población cercana al mar de Aral presenta una incidencia elevada de enfermedades pulmonares y otras patologías.




“A medida que el lago se secó, la pesca y las comunidades que dependen de ellos se derrumbaron. El agua cada vez más salada se contaminó con fertilizantes y pesticidas. El polvo que sopla desde el lecho del lago expuesto, contaminado con productos químicos agrícolas, se convirtió en un peligro para la salud pública”, registró la Nasa.
Cada uno de estos barcos solía remolcar toneladas de pescado al año. La flota se oxida cerca del puerto Uzbeko de Moynaq, desde que el Aral se secó en los años ochenta.
 
  Cada uno de estos barcos solía remolcar toneladas de pescado al año. La flota se oxida cerca del puerto Uzbeko de Moynaq, desde que el Aral se secó en los años ochenta.
Foto: Carolyn Drake
  Hace 50 años, a costa sur de Aral estaba justo donde estamos parados; ahora está 90 kilómetros hacia el noroeste.
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El mar de Aral se encuentra en Kazajstán y Uzbekistán. Durante miles de años estuvo alimentado por dos ríos principales, el Amu Daria y el Sir Daria. Sin flujo de salida, el nivel del agua se mantenía. Pero las cosas cambiaron después de que la República Soviética Socialista Uzbeka se volviera parte del incipiente imperio soviético a principios de los años veinte del siglo pasado y Stalin decidiera convertir sus repúblicas asiáticas centrales en plantaciones de algodón gigantes. Pero el clima árido de esta parte del mundo es inapropiado para sembrar un cultivo tan sediento y los soviéticos emprendieron uno de los proyectos de ingeniería más ambiciosos en la historia del mundo, al cavar a mano miles de kilómetros de canales de irrigación para llevar agua desde el Amu Daria y el Sir Daria hacia el desierto de los alrededores.
“La gota que derramó el vaso fue que agregaron todavía más canales de irrigación en los sesenta”, dice Philip Micklin, profesor de Geografía en la Universidad del Oeste de Michigan.

“De repente, el sistema ya no era sostenible. Sabían lo que hacían, de lo que no se dieron cuenta fue del alcance total de las consecuencias ecológicas y la rapidez con la que el mar se desvanecería”.
Para 1987, el nivel de agua del mar de Aral había bajado tanto que se dividió en dos cuerpos de agua: un mar al norte, en Kazajistán, y uno mayor al sur, dentro de Karakalpakia. En 2002, el mar de sur se volvió tan somero que también se dividió en dos mares, al oeste y al este. En julio del año pasado, el mar oriental se secó por completo. (Lee: ¿Aprovechar el Mekong o acabar con él?)